Saludos, improvisadores. Os vengo a presentar este proyecto que tiene por objeto el reflexionar, analizar y experimentar como si de un laboratorio se tratase, sobre materia de improvisación escénica. Le he llamado…
Un emblemático edificio que representa la disciplina impro, con sus pasillos ocultos de recursos, salas secretas de escucha, sótanos oscuros de negación y grandes salones de aceptación. Hay mucho aún donde explorar en el Improboratorio y no hay nadie con ánimo de lucro a los mandos, así que la entrada es libre.
Cada primero de mes aparecerá en el blog un artículo nuevo en el que podréis leer acerca de técnica y filosofía impro, reflexiones propias, experiencias, teorías, anécdotas y cruda opinión. Quizá arrojo algo de controversia sobre normas sobreaceptadas de la improvisación, quizá me invento nuevas formas de entenderla o explicarla, quizá sólo os cuente un cuento sobre máscaras y escenarios. Qué sé yo, esto es el salto al vacío en un blog.
A priori, todo sale de mi mente de actor/director/dramaturgo, pero esperaré con ilusión vuestras tesis improvisatorias.
La impro es joven y aún estamos a tiempo de redefinirla y darle vueltas. Echadle un ojo y contra-proponedme cuanto querais, así iremos remodelando el Improboratorio.
Pero no me neguéis, eh.